Una de las consultas más habituales de estos últimos días tiene que ver con las picaduras de mosquitos. ¡Parece que nuestros pequeños amigos alados han empezado la temporada con ganas!. Pero…, ¿qué sabemos acerca de las picaduras?, ¿de su prevención y tratamiento?
En primer lugar, aunque nos parezca sorprendente, no todos los mosquitos pican. En realidad, solo pican las hembras, que necesitan las proteínas de la sangre para completar la maduración de sus huevos. La especial atracción de los mosquitos hacia las personas viene dada por que, en primer lugar, tienen predilección por la sangre de mamíferos, y en segundo lugar, debido a que nuestra piel por su grosor, facilita su acceso a vasos sanguíneos. El olor corporal, el dióxido de carbono exhalado y las sustancias presentes en el sudor son los factores que influyen a la hora de atraer los mosquitos hembra a la piel.
Los mosquitos cuentan con un aparato picador-chupador que consta de dos partes: una larga trompa de la que se valen para absorber la sangre, y unas pequeñas mandíbulas ubicadas al final de ella, con las que perforan la piel. De esta forma, la trompa del mosquito traspasa nuestra piel, hasta llegar a algún pequeño vaso sanguíneo de donde extrae su alimento.
El mosquito hembra inyecta su saliva, que contiene un potente anticoagulante, y asi evita la acción de nuestras plaquetas, que le impedirían extraer la sangre. Sin embargo, nuestro sistema inmunitario reconoce esta sustancia como algo ajeno a nuestro cuerpo y la ataca, lo que provoca la posterior inflamación de la zona, dolor, y esa molesta picazón.
En los primeros 20 minutos después de la picadura del mosquito se forma una roncha: una elevación apenas rojiza, dura y urticante, que puede medir entre 2 y 10 mm de diámetro. Luego se forma una pápula dura en un proceso que llegará a su máximo en 24-36 horas, que sigue picando, y que irá disminuyendo en tamaño e intensidad de picor a lo largo de los días o semanas. No es de esperar que estas pápulas empeoren si se tratan bien, pero no es conveniente rascarlas: al hacerlo podemos romper la piel, infectarla, y complicar la situación, que puede llegar a necesitar antibióticos por vía oral e incluso dejar marcas y cicatrices.
Algunas personas pueden presentar una roncha que rápidamente después de la picadura del mosquito llega a los 30 mm de diámetro, es muy roja, pica mucho, y en 2-6 horas evoluciona a pápula firme, vesícula, o ampolla. Las personas más alérgicas pueden desarrollar el síndrome de Skeeter, un síndrome caracterizado por ronchas grandes, rojas, inflamadas, calientes, y fiebre como reacción generalizada. En el peor de los casos se puede producir un shock anafiláctico que requerirá atención médica inmediata, pero por suerte es un caso muy raro.
Las picaduras de mosquito se pueden tratar localmente con:
- Preparados de amoníaco: los preparados de amoníaco neutralizan químicamente la histamina, impidiendo que actúe. Un ejemplo es el After-bite® original.
- Antihistamínicos en crema, gel o roll-on: los antihistamínicos bloquean los receptores sobre los que actúa la histamina, impidiendo que se inicie la cascada bioquímica que desemboca en picor. A esta categoría pertenece el Fenistil®.
- Corticoides en crema: son especialmente adecuados para picaduras que han dejado un picor y una inflamación de mayor envergadura, ya que son excelentes antiinflamatorios. Existen preparaciones de hidrocortisona sola (Calmiox®, Hidroscisdin®) o incluso de hidrocortisona con anestesia (Detramax®) que no requieren receta médica.
- Loción de calamina: la calamina es un producto mineral formado a partir de óxido de zinc y óxido férrico que protege la piel de la agresión de agentes externos y calma el picor. Puede utilizarse en polvo o en loción, y usualmente se le agrega otros productos calmantes a la fórmula. En esta categoría encontramos la Emulsión Balsámica de Calamina de nuestra propia marca.
- Aceites esenciales: en nuestra farmacia encontrarás mezclas de aceites esenciales preparadas para aplicar sobre picaduras. La línea Aromapic de Pranarôm incluye un gel y un roll on post-picaduras.
COMO PREVENIR LAS PICADURAS DE MOSQUITOS
Los repelentes más comunmente usados, que también son los más ampliamente contrastados son aquellos a base de compuestos como el DEET , la icaridina o el IR3535. La forma de acción de estos repelentes es enmascarando nuestra presencia a los mosquitos, bloqueando los receptores de las sustancias químicas que usan para detectarnos. Podriamos decir que nos hacen ‘invisibles’ a los mosquitos. Son moléculas bastante seguras, aunque no se aconseja su uso en niños muy pequeños.
Para niños a partir del año, recomendamos repelentes a base de IR3535 al 10%, como por ejemplo el Repel Bite Niños. En niños a partir de 2 años y también en adultos, podriamos usar repelentes con IR3535 al 20% o con DEET al 18%. Dos ejemplos que puedes encontrar en nuestra farmacia son el Picaski Familiar o el Repel Bite Familiar.
Concentraciones más elevadas de DEET, al 30%, se reservan para viajes a países tropicales DEET, donde la malaria u otras enfermedades transmitidas por mosquitos, son endémicas.
Otras alternativas muy populares, son los aceites de plantas, como los de citronela o los de eucalipto. Productos con citronela hay muchisimos: por ejemplo, pulseras (la gama Repel Bite, tanto para adultos como para niños), parches,sprays… Por la calidad de sus productos, destaca el laboratorio Pranarom, que nos ofrece sprays para la habitación, o para usar en la ropa de cama, roll-on, y también aceites para difusión.